
Habían pasado 18 años desde que Steven Spielberg aterrorizara a las masas y fuera el responsable de multitud de fobias gracias a su "Tiburón".
Y en 1993 volvía a conseguirlo. Rescataba de los estudios paleontológicos y del imaginario de los niños a unas magníficas criaturas ya extintas, los dinosaurios. Basándose en la novela "Jurassic Park" del escritor Michael Crichton, Spielberg trajo de vuelta al siglo XX a estos reptiles.
La película fue éxito absoluto y los dinosaurios dejaron de ser pesadas bestias antediluvianas para convertirse en ágiles y fieras criaturas dispuestas a recuperar su reinado en la Tierra.
El argumento nos llevaba hasta un anciano millonario que utiliza su fortuna en comprar una isla y construir en ella algo a camino entre un parque temático y una reserva biológica. Los dinosaurios eran creados mediante ingeniería genética usando la sangre del interior de los mosquitos atrapados en ámbar. Pero todo se complica cuando un grupo de expertos son llevados a la isla para avalar el parque temático, y un empleado corrupto hace saltar el circuito eléctrico liberando a los animales de sus alambradas.

Fue tal el éxito de la película que se convirtió en la más taquillera de la historia del cine hasta que cuatro años después fuera superada por Titanic de James Cameron. El merchandising en torno al film fue brutal con todo tipo de juguetes, peluches, figuras, platos, vasos, tazas, camisetas y todo en cuanto se os ocurra apareció el logo de Jurassic Park.

Han pasado 20 años desde aquel día y en homenaje a este clásico se decidió estrenarlo en 3D, ¡¿Cómo iba a perdérmelo?! Seamos sinceros, el 3D no merece mucho la pena como en la mayoría de las películas convertidas, pero me ha gustado viajar atrás en el tiempo. Revivir aquel día, emocionarme con la primera aparición del Brachiosaurus, que se me pusiera la carne de gallina con el primer rugido del Tyrannosaurus y quedarme con la boca abierta cuando los Velociraptor aprendieron a abrir las puertas.
Han pasado 20 años, yo tengo 25 y apunto de realizar un máster en paleontología. Cumpliendo los sueños de aquel niño pequeño que coleccionaba dinosaurios de juguete.
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