Todo lo bueno tiene su final.
Y si es un final acordado y pactado y no una cancelación, mejor que mejor.
El 18 de Enero llegaba a su fín una de las mejores series de ciencia ficción de los últimos años.
Fringe concluía su andadura tras cinco años de emisión y con numerosas amenazas de cancelación a lo largo de sus cinco temporadas y 100 episodios.
En este blog ya comentamos alguna de las
características más relevantes de la serie (OJO SPOILERS!) pero haremos un breve resumen.
Fringe comenzaba en el año 2008 con la agente del FBI
Olivia Dunham investigando un extraño asesinato a bordo de un avión de pasajeros en que éstos se habían derretido, literalmente hablando. Las pistas le llevan hasta un científico loco internado en un manicomio llamado
Walter Bishop, cuyos experimentos en los años 80 se conectaban directamente con el incidente. Para sacarlo de la institución mental tuvo que localizar a su hijo
Peter Bishop y convencerlo para reunirse con su padre tras casi 20 años sin verse. A ellos se une la agente junior
Astrid Farnsworth como experta en tecnología y el
agente especial Broyles como supervisor de lo que se llamará la
División Fringe. Esta división secreta se encargará de investigar y supervisar todos los casos conectados con los experimentos del doctor Bishop así como averiguar quienes son los
"Observadores", unos personajes calvos y trajeados que aparecen siempre en momentos clave de la historia.
A lo largo de la primera temporada y parte de la segunda, nos adentraríamos más y más en los experimentos que Walter y su socio llevaron a cabo en la universidad de Harvard transgrediendo a menudo las leyes de la física y la moralidad. La relación entre Peter y Olivia se va consolidando episodio tras episodio hasta que al final de la segunda temporada la serie da un giro de 360º y nos revela la existencia de un universo paralelo del que procede el propio
Peter, secuestrado por su padre cuando su hijo en esta realidad había fallecido, desgarrando así el tejido del universo. A lo largo de la tercera temporada los protagonistas tendrán que seguir lidiando con los terroristas responsables de los
"incidentes Fringe" además de tener que vérselas con sus yos alternativos del otro universo, teniendo que colaborar para evitar la destrucción de sus mundos.
Una vez más en la cuarta temporada la serie da una vuelta de hoja y el personaje de
Peter es borrado de la existencia por uno de los
Observadores pero logra regresar a una línea temporal que no es la suya, donde nadie lo conoce y las cosas son muy diferentes a lo que recuerda, auqnue pronto logra hacerse en hueco en los corazones de los personajes.
Y cuando todo parecía resuelto y las tramas habían concluído, la quinta temporada nos presenta una nueva trama 20 años en el futuro donde los personajes tendrán que enfrentarse a una invasión de los
Observadores teniendo que hacer sacrificios que jamás pensaron que harían.
A lo largo de las cinco temporadas hemos disfrutado como enanos de los extraños casos, hemos reído con las locuras y paranoias de
Walter y hemos sufrido con la relación de
Peter y
Olivia.
El último capítulo nos presenta a los personajes en su máximo esplendor, haciendo gala de las características por las que se ganaron el cariño de la audiencia y dándoles la oportunidad de despedirse poniendo rumbo a un final inevitable.
Cada minuto es un guiño para los fans de la serie, recordando muchos momentos de las temporadas predecesoras y la batalla final es impagable, donde el equipo utiliza algunos de los experimentos fringe contra sus adversarios.
Será una serie que perdure en la memoria de la ciencia ficción por mucho tiempo reuniéndose en el Hall de la Fama de las series con algunas otras como
Galáctica y
Perdidos. Al fin y al cabo por mucha gente derritiéndose, puercoespines humanoides o viajes entre universos,
Fringe no deja de ser una historia de amor y desamor, de padres e hijos.
Sólo tengo una cosa clara: Nunca miraré los tulipanes de la misma manera.